Los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), una iniciativa liderada por la FAO desde 2002, destacan como un modelo de reconocimiento a sistemas agroalimentarios que integran la agro–biodiversidad, el conocimiento local, y las prácticas sostenibles dentro de sistemas agrícolas vivos y en evolución. Estas áreas, designadas por su valor como patrimonio cultural y natural, son clave para la conservación dinámica, que no busca preservar un estado fijo, sino fomentar la adaptación y la resiliencia frente a los desafíos contemporáneos (Koohafkan & Altieri, 2011).
El enfoque
SIPAM
El enfoque SIPAM, ha dado lugar a casi un centenar de sitios, en casi 30 países de 4 continentes, siendo España el país europeo líder, con 5 reconocimientos, destacando en la Comunitat Valenciana el sistema de regadío histórico de la Huerta de València, y los Olivos Milenarios de la Taula del Senia. No es un enfoque estático pues la preservación es perfectamente compatible con la innovación y la co-evolución de los sistemas hacia la incorporación de tecnologías que respeten la cultura y los paisajes agrarios, y posibiliten la viabilidad de los sistemas . Así, se aplica el concepto de la conservación dinámica en los SIPAM, que se fundamenta en la idea de que los sistemas agroalimentarios tradicionales pueden evolucionar mientras mantienen sus principios y valores fundamentales. En este contexto, la gobernanza desempeña un papel crucial al facilitar la interacción entre actores locales, regionales e internacionales. Este enfoque participativo y adaptativo permite a las comunidades no solo conservar su legado, sino también innovar y responder a cambios como el cambio climático o la presión demográfica (Brookfield, 2001).
Resiliciencia
El concepto de resiliencia es central para comprender la capacidad de estos sistemas de afrontar perturbaciones. Walker et al. (2004) definen la resiliencia como la capacidad de un sistema para absorber impactos y reorganizarse mientras conserva su estructura y funciones básicas. En los SIPAM, esta resiliencia se ve potenciada por el conocimiento tradicional, que incluye prácticas agrícolas, técnicas de manejo de agua y biodiversidad, y formas de organización social que han sido probadas y ajustadas a lo largo de generaciones (Berkes et al., 2000).
La gobernanza
de los SIPAM
La gobernanza de los sistemas agroalimentarios tradicionales al igual que los SIPAM requieren de un enfoque multinivel que articule políticas regionales y globales, considerando la diversidad de actores involucrados. Según Ostrom (2009), los sistemas de gobernanza exitosos combinan reglas locales diseñadas por las comunidades con el apoyo de instituciones superiores que proporcionan recursos y supervisión. Este modelo es particularmente relevante en los SIPAM, donde las comunidades agrícolas son las principales custodias del patrimonio, pero dependen del respaldo estatal e internacional para enfrentar desafíos económicos y ambientales.
Además, la gobernanza efectiva debe fomentar la equidad y la inclusión, asegurando que los derechos de los pequeños agricultores y comunidades locales sean respetados. Los marcos legales y las políticas deben diseñarse para proteger estos derechos mientras promueven prácticas sostenibles. Por ejemplo, la FAO ha trabajado para incluir los SIPAM en políticas territoriales de desarrollo sostenible, lo que subraya su potencial como modelo para la integración de prácticas tradicionales y modernas (FAO, 2021) como lo reflejan casos en la agricultura mediterránea (Ortega-Reig, 2015); Garcia-Alvarez-Coque et al. 2020; 2021; o en otros continentes (Fuller et al. 2015; Oo et al. 2022; Sugino et al. 2023).
Retos y oportunidades de los Sistemas Tradicionales:
Gestión del ConocimientoEl cambio climático
El cambio climático tiene un especial impacto sobre la vulnerabilidad de los sistemas agroalimentarios tradicionales. Estudios del IPCC (2022) destacan que las temperaturas extremas y las alteraciones en los patrones de precipitación afectan a los sistemas agroalimentarios (ej. SIPAM) y a las diferentes tipologías de hábitats en general, cuya sostenibilidad depende de la conservación de ecosistemas frágiles y biodiversos. En respuesta a estos retos, las prácticas agroecológicas promovidas en los SIPAM son una herramienta eficaz para mitigar y adaptarse a estos impactos. Los sistemas agrarios tradicionales, acompañados de un enfoque de conservación dinámica, pueden facilitar la implementación de los objetivos del Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza, aprobado por el Consejo Europeo de junio de 2024. Se trata no solo de cumplir con los objetivos de la UE en materia de adaptación y mitigación del cambio climático y adaptación a este, y a mejorar la seguridad alimentaria, sino además de procurar la viabilidad de pequeñas y medianas explotaciones en un contexto de globalización y asimetrías en la cadena de valor (Garcia-Alvarez-Coque & Piñeiro, 2022).
Un ejemplo de estos eventos catastróficos, vinculado al cambio climático y que refleja la importancia de mantener, proteger y promover estos sistemas es la catástrofe producida por la DANA en octubre de 2024 en la Comunidad Valenciana. Este evento1 causó graves inundaciones, daños agrícolas y afectó ecosistemas clave como la Albufera de Valencia, que juega un papel fundamental en la resiliencia frente a desastres naturales. Los sistemas agrarios tradicionales y sus canalizaciones contribuyen a reducir la vulnerabilidad frente a inundaciones en áreas peri-urbanas.
La DANA ha reflejado la importancia de fortalecer la resiliencia de los sistemas agrarios mediante estrategias que combinen Soluciones Basadas en la Naturaleza, como la restauración de humedales, con tecnologías avanzadas como sistemas de monitoreo y alerta temprana. Además, las técnicas de riego históricas de la Huerta de Valencia demostraron cómo el conocimiento tradicional puede adaptarse a eventos extremos.
Sin embargo, la urbanización, y la falta de coordinación en la gestión hídrica y el deficiente mantenimiento del patrimonio agrario limitan la capacidad de adaptación de estos sistemas. Esto subraya la necesidad de políticas sostenibles que integren el conocimiento tradicional e innovación tecnológica para garantizar la viabilidad de los SIPAM frente al cambio climático y futuros fenómenos extremos.
Así pues, la gestión, acumulación y transmisión del conocimiento tradicional es un elemento fundamental en los SIPAM, no solo como fuente de prácticas agrícolas, sino como un sistema integral de saberes y relaciones sociales. Este conocimiento es una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos ambientales, ya que está profundamente arraigado en el entendimiento local de los ecosistemas. Sin embargo, su transmisión está en riesgo debido a la migración de jóvenes a áreas urbanas y la pérdida de interés en las prácticas tradicionales (Pretty et al., 2009). La jornada hará también referencia a los knowledge holders, o comunidades que preservan el conocimiento, como los pueblos indígenas en Latinoamérica.
- En relación al evento de la DANA esta sección se centra únicamente en los efectos sobre el sistema agrario.
Preguntas
y resultadosLa presente jornada pretende contribuir al debate y desarrollo de estrategias sobre la gobernanza, conservación y resiliencia de los sistemas agroalimentarios. En este sentido la jornada contribuirá al diseño de políticas públicas tanto regionales como globales.
Mostramos a continuación algunas de las preguntas e impactos que se esperan obtener tras la celebración de la jornada:
¿Pueden los SIPAM contribuir a mitigar el impacto de fenómenos climáticos extremos?
Desarrollo de estrategias de conservación basadas en la naturaleza y priorización de los SIPAM como infraestructuras verdes en planes de gestión de riesgos climáticos.
¿Qué papel juega el conocimiento tradicional en la resiliencia de los sistemas agroalimentarios?
Propuestas para la incorporación del conocimiento local en programas de desarrollo rural, fomentando políticas de valorización cultural y capacitación comunitaria.
¿Qué modelos de gobernanza son más efectivos para la conservación dinámica de los territorios?
Creación de marcos de gobernanza adaptativa que incluyan la participación comunitaria, financiamiento sostenible y colaboración interinstitucional.
¿Cómo puede la innovación tecnológica integrarse sin comprometer la esencia de los sistemas tradicionales?
Identificación de cómo pueden Implementarse tecnologías sostenibles y accesibles en políticas agrícolas, equilibrando modernización y preservación de prácticas tradicionales
¿Qué mecanismos son necesarios para integrar los SIPAM en planes europeos de biodiversidad y cambio climático?
Fortalecimiento de la colaboración internacional y regional, asegurando la alineación con las metas de la Estrategia Europea de Biodiversidad, la Misión de Adaptación Climática, la Ley de la Restauración de la Naturaleza y otras metas estrategias de la UE.
Estrategia Europea de
Investigación e InnovaciónLa jornada está alineada con las prioridades de la Estrategia Europea de Investigación e Innovación, especialmente en el marco del programa Horizonte Europa y la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030.
Estas iniciativas priorizan la sostenibilidad, la resiliencia climática y la preservación del patrimonio cultural y natural, áreas clave que se abordan en el contexto de los SIPAM.
Por otro lado, está el Pacto Verde Europeo, que hay que aplicar adecuadamente, acompañando a las pequeñas y medianas explotaciones, optimizando sus aspectos de oportunidad, su apuesta por la agricultura de conservación, los circuitos cortos de comercialización y por la diferenciación del producto, en consonancia con la calidad y la cultura de los territorios.
La temática de la jornada conecta directamente con los objetivos de la Misión de Adaptación al Cambio Climático, promoviendo sistemas agroalimentarios resilientes frente a desastres naturales y fenómenos extremos, como los causados por el cambio climático
Además, el evento refuerza el pilar de “Innovación para una Europa más verde y digital”, al explorar la integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial en la gobernanza y conservación dinámica de los sistemas tradicionales, sin comprometer el conocimiento local.
Por último, la jornada fomenta la transferencia de conocimiento y la colaboración entre actores internacionales, alineándose con el objetivo europeo de promover redes transnacionales de investigación y desarrollo sostenible.
